ÚLTIMA SESIÓN CLÍNICA DE 2020. POR CRISTIAN FIGUEREDO BRASLAVASKY

El Viernes 27 de Noviembre hemos tenido la última sesión clínica del año 2020. Como venimos haciendo desde el inicio del proyecto PSIMA, dedicamos un tiempo que pensamos como fundamental, para poder intercambiar y compartir la experiencia clínica que desarrollamos día a día.
Se trata de un tiempo de reflexión en donde al compartir las dudas, inquietudes sobre los casos clínicos, podemos ir, a la vez, pensando la realidad que nos toca vivir y de la cual debemos tomar, si es que pretendemos acompañar a quienes consultan por su padecer. Cada época está marcada por múltiples realidades que forman el territorio en el cual se despliegan los sin tomas de cada uno y es por tanto fundamental el poder tomar las coordenadas en las cuales se desarrolla el malestar subjetivo.

Este año ha estado marcado sin dudas por la pandemia COVID y es justamente a partir de este episodio contingente que nos hemos visto enfrentados a una nueva realidad y en particular, en el aspecto clínico, nos ha convocado a los profesionales a hacer de un nuevo modo con lo que hasta hace poco era una realidad “presencial”. La atención no presencial se ha instalado de una forma muy potente, con un empuje que ha precipitado un nuevo modo de vinculo en lo social en general y en la clínica en particular. El avance de la tecnología se impone en nuestra realidad y es con ello que debemos hacer. El concepto de lo presencial ha mutado y ya estamos en condiciones de decir que no se restringe exclusivamente a la presencia carnal de los cuerpos. Hay otras formas de hacerse presente. Lo virtual ha abierto un campo “liquido” que al mismo tiempo que hacemos uso y exploramos, estudiamos y teorizamos.

Por ello la propuesta de este curso ha sido enmarcar las sesiones clínicas bajo el titulo “Clínica de la subjetividad y tecnología”, generando una conversación sobre nuestra experiencia en el trabajo con pacientes en los diferentes formatos que la tecnología pone al servicio de las personas. Es un motor que nos permite ponernos a trabajar y hacer con lo nuevo.

Todo el equipo PSIMA le da las gracias a Gabriela Galarraga quien nos acompaña y comparte su experiencia con nosotros. Todo nuestro reconocimiento para ella.