Eso es un trabajo muy minucioso y “artesanal”. Es en este punto en el que el espacio de Acompañamiento Clínico a los profesionales de PSIMA entra en juego: un lugar donde poder contrastar nuestra práctica, revisar nuestra posición como terapeutas, hacer dialogar las distintas corrientes teóricas en las que nos hemos formado (psicoanálisis, cognitivo conductual, sistémica, etc.) y poder hacer de las diferencias y dificultades un ejercicio dialéctico para que nos oriente en el barco que cada terapeuta dirige.

Es por esto que ya tenemos fechas de nuevo encuentro para este mes de marzo, porque si de algo estamos seguros, es que el deseo moviliza, nos hace hacer, nos  pone a andar, y quedo muy claro en el primer encuentro que, si algo nos une a los participantes, es el deseo singular de cada uno de nosotros respecto de nuestra profesión.