La reproducción sintomática en la era del crecimiento. Por Cristian Figueredo Braslavsky

Hace muchos años en una sesión de formación en la Facultad de Medicina Miguel Hernández, que tiene su sede en San Juan Alicante , donde años más tarde naciera mi hija, un psiquiatra de Galicia me dijo una cosa simple pero para mí reveladora. El tema que nos convocaba eran los dispositivos especializados en el tratamiento de las adicciones y en concreto bajo la lógica de la intervención comunitaria. La cuestión es que el señalamiento fue el siguiente: «Los equipos de profesionales reproducen los síntomas que tratan«. El paciente adicto busca una recompensa inmediata, sin tiempo para elaborar nada, quiere una solución en el momento y que pasa por el acto del consumo, no hay tiempo. Pues lo mismo sucede en con los equipos tratantes, tienden a querer «curar» rápidamente al paciente, que deje de consumir, que se termine «ya» el problema, sin tiempo para la reflexión o entender qué es lo que sostiene esa conducta.

Esto para mí fue revelador. En aquel momento dirigía un centro de día para una Fundación que se dedicaba al tratamiento de las adicciones y era el pan de cada día, en las reuniones de equipo, el empuje a la reproducción de los síntomas que tratábamos. Sin dudas, cambio mi modo de pensar las adicciones y el abordaje en equipo.

Este episodio que relato, que para mí fue revelador, no solo produjo un giro en mi modo de leer los síntomas, sino también de pensar ciertas realidades. Lo que este psiquiatra vino a decir no era otra cosa que no haya ya dicho Freud hace mas de un siglo, en relación a la compulsión a la repetición, el síntoma, la neurosis de transferencia, pero algo de lo simple de sus palabras me marcaron.

En estos días de confinamiento, en donde EL TEMA, es el coronavirus y la proliferación de teorías acerca de la pandemia, de lo cierto o no de sus orígenes, de los efectos que tiene y va a tener en la economía, los pronósticos del futuro de la humanidad, los cambios en el modelo económico que van desde la caída del capitalismo hasta el impulso del capitalismo mas salvaje si cabe, no dejan de ser mas de lo mismo, bla bla bla…

Recién leía una nota en el periódico donde mostraban las grandes dificultades con la que se encuentra la economía china para comenzar a crecer nuevamente, frente a la crisis y al parón producido. Hablaban de la contracción de la economía y las estrategias y movimientos que se planteaban para volver a la senda del crecimiento, es decir, a seguir con más de lo mismo. Los síntomas que pone en evidencia el COVID – 19, como la dificultad respiratoria, la fiebre (calentamiento del cuerpo), entre otros, no pueden ser otra cosa que la reproducción sintomática del discurso que impera. La ansiedad como síntoma princeps en las consultas de psicología, psiquiatría y medicina general, muestran la imposibilidad de respirar frente al sin fin de presiones que esta sometido el paciente ó quizás a las que él mismo se somete. Tal y como el periódico de hoy mostraba sobre como hacer para volver a crecer nuevamente, dejando atrás sin más esta crisis, la ansiedad busca acallarse con ansiolíticos, mindfulness, técnicas cognitivas de manejo de pensamientos y técnicas de respiración que son las herramientas, científicamente demostradas, para volver a la senda de la producción y el bienestar. No sea cuestión de que podamos detenernos a pensar sobre el síntoma y su causa, sobre el punto de responsabilidad que cada uno tiene sobre su síntoma y tomar decisiones sobre las respuestas que cada uno debe asumir y crear para encontrar un modo mas amable de habitar su propio cuerpo y dirigir su vida.

Este tiempo de locura, de ver en nuestras propias caras los efectos de un modelo sin límite, desmedido, que no encuentra un freno ni pretende hacerlo, donde nuestro planeta nos muestra sin articulación que lo disfrace, que se está resintiendo de forma grave y cruel, el calentamiento global (la fiebre del planeta), los fenómenos meteorológicos que dejamos uno tras otro pasar por alto como si se tratasen de episodios aislados y aleatorios sin una causa que los genere, esta pandemia delirante y tantas otras que han ido apareciendo como el VIH, la gripe A, la vaca loca, el ebola y un largo etc…, no asoma mas que alguna lectura asilada de la reproducción sintomática de nuestra época. Crecer, crecer y crecer… Qué destino más claro el de nuestra civilización que empujando a crecer sin medida, va a velocidad y directo al único destino que al final se impone que es es la muerte.

Lacan indicaba con precisión y claridad que el capitalismo es un discurso y la vía posible para poder tomar otra posición y por tanto introducirse en la lógica de otro discurso, es abrir un tiempo para hacer una lectura de lo que hemos sabido generar, porque solo desde esa lectura se podría abrir un tiempo que no empuje ciegamente a mas de los mismo, que salga de la repetición que es la modalidad que lo inconsciente toma para poner de manifiesto aquello de lo que no queremos saber.