La hiperestimulación en los niños. Por Mercedes Facio.

Las nuevas tecnologías, el acceso a Internet y las redes sociales producen efectos en cada sujeto y, por supuesto, también en los niños. Éstos tienen acceso a ellas a una edad cada vez más temprana y pueden pasar muchas horas delante de la pantalla del móvil, ordenador o televisor.

Por otra parte, los aparatos tecnológicos, los llamados «gadgets», también producen su efecto en la manera de relacionarnos: cuando antes la familia se reunía en torno de la mesa y años después en torno al televisor, ahora cada miembro familiar puede acceder a su propio objeto digital con el que satisfacerse (tablets, móviles, ordenadores, play).

Los niños y niñas de hoy están expuestos a una gran cantidad de estímulos, dedican la mayor parte del tiempo libre a mirar dibujos en televisión o videos en youtube y a esto se suma una actividad diaria muy intensa, además de las horas lectivas concurren a todo tipo de actividades extra escolares: inglés, chino, clases de baile, natación, acrobacia…Ya sea porque los padres no tienen otra manera de conciliar la vida profesional con el cuidado de los hijos o porque consideran que así estarán mejor preparados para los retos del futuro.
Como dice Eric Laurent, reconocido psicoanalista francés, en «El psicoanálisis y la crisis de control de la infancia» «…la experiencia de la infancia en nuestra época es más solitaria que en el siglo XX… Estos niños más solitarios pasan más tiempo en chats, por Internet, en juegos en red, o solos enfrente de la tele, que descuida, fundamentalmente. Todas esas pantallas miran a esa infancia, la cuidan, instalan una dependencia que el niño reencontrará cuando sea más grande en las ofertas del mercado de las drogas adaptadas a la adolescencia.”

La sociedad de consumo nos vende el espejismo de que cada uno puede obtener el objeto que le colme, que le haga feliz aunque el sistema mismo lleve a que cualquier objeto quede obsoleto rápidamente y sea de fácil sustitución por otro más nuevo…y otro y otro…y así hasta el infinito.

Esta sociedad que empuja al goce, a vivir la vida «a tope», a vivir el día a día, en la que predomina lo efímero, es la misma que en cuanto cuando aparece algo del orden de un sufrimiento o malestar, lo etiqueta de «trastorno».

El discurso predominante también nos dice que los niños absorben más información cuanto más pequeños son, como si éstos fueran esponjas a las que hay que estimular con juegos, juguetes y actividades que les permitan desarrollar todas sus capacidades, su potencial. Pareciera que cuanto más preparado esté el niño desde el inicio, tendrá mejores posibilidades de insertarse en el futuro laboral y profesional.

Siguiendo al psicoanalista José Ramón Ubieto en el muy recomendable libro «Niñ@s Hiper»: «…es esta idea de que la infancia tiene que rendir desde el primer momento, que va en contra de la idea de Freud y de otros autores de que la infancia es un tiempo necesario para aburrirse, jugar, para divertirse, para darse un tiempo, para madurar». (p.31)

En este sentido una profesora de Educación Infantil me explicaba y se quejaba, pienso que acertadamente, de que en su clase no tenía tiempo de contar cuentos a sus niños ¡Niños de 2 años! Eran tantas las exigencias a cumplir del plan educativo y comercial de la Dirección del Centro y las exigencias de los padres: hacer las fotos de cada niño haciendo la actividad del día, apuntar en las libretas la información de lo que comió, a qué jugó….

En muchos casos, se prioriza la información sin dar lugar a otro tipo de aprendizaje que implique la presencia de un Otro (el maestro, tutora, padre, madre) que, por ejemplo, al explicar una historia o leer un cuento movilice el deseo de saber del niño y ponga en marcha su curiosidad, sus miedos, la sorpresa y la imaginación.

ALGUNOS EFECTOS

– Satisfacción inmediata
El niño se encuentra ante un objeto (gadget) que le brinda la posibilidad de obtener una satisfacción inmediata. Inmediata entendida como rápida pero también entendida como sin mediación de un otro: no se obtiene a partir del vínculo establecido con otro sino directamente con un objeto. Lo que prevalece es el autoerotismo, un goce solitario que implica una satisfacción pero que también tiene una vertiente de sufrimiento para el sujeto, lo vemos claramente en los casos de jóvenes con adicciones o trastornos alimentarios.
Hélène Bonnaud, psicoanalista francesa con amplia experiencia en clínica infantil y juvenil, dice, refiriéndose principalmente a la adolescencia «En estos momentos, la apetencia por los juegos y por internet ha tomado el relevo de una toxicomanía oral, y ha convertido el <<No tengo ganas de nada>> en <<Juego y estoy conectado toda la noche>>
…Hay un goce autístico en el hecho de conectar la vida de una pantalla en la que se juega un encuentro imposible con los pequeños otros.» (p.85)

– “Tiempo youtube”

Vemos a los niños delante de un video de youtube, con la pantalla en tamaño reducido para poder ver los videos que vendrán a continuación y avanzar cuál será el siguiente, al que pasan sin que haya finalizado el que se estaba reproduciendo hasta ese momento. «Uno más» que puede llegar a eternizarse si no aparece un límite por parte de un adulto.
Este tiempo es contrario al tiempo necesario de la infancia, que es, como dice Ubieto siguiendo a Freud, un momento para detenerse, para fracasar, para elaborar y por qué no, también para aburrirse.

– Soledad
Niños y jóvenes que se relacionan menos entre ellos con una evidente pérdida de las relaciones cara a cara y de lo que posibilita un verdadero encuentro con el otro. Los encuentros en presencia tienen algo de imprevisible: las palabras, los gestos, el cuerpo que hace de las suyas con sonrojos, tartamudeos y contradicciones.. En suma, las dificultades y sorpresas que pueden surgir en esos encuentros o desencuentros y las particulares maneras de resolverlos forman parte de una experiencia vital y subjetiva fundamental.

– Prohibido aburrirse
El bombardeo de imágenes es constante, acelerado y efímero y lo que no sucede de esta manera es aburrido.
Los niños que están estimulados continuamente, que no tienen un momento de silencio, de detención ¿qué espacio tendrán para encontrarse con ellos mismos? Como dice J. r. Ubieto, aburrirse es importante, es lo que permite que algo novedoso pueda aparecer y es el único momento donde el niño puede quedarse a solas con su propio pensamiento.

– Reducción del juego libre
A finales de agosto del año 2018 se publicó en el periódico La Vanguardia un artículo titulado «Menos juego libre, más depresión y ansiedad infantil». En dicho artículo distintos especialistas de múltiples orientaciones reivindican la importancia del juego libre, ya sea porque permite adquirir habilidades, trabajar la creatividad y fantasía o resolver conflictos y mejorar la confianza. Así como establecer roles y reglas.

Para el psicoanálisis la importancia del juego radica en que a través de éste, el niño puede elaborar cuestiones que tienen que ver con la sexualidad, la muerte, los miedos, la ausencia. “Los niños no juegan sólo para entretenerse, lo hacen sobre todo para representarse lo irrepresentable…” (p.,16, Ubieto J. R.)
Desde el bebé que a través del juego de esconderse y aparecer (“¡Acá tá!”) puede elaborar la ausencia-presencia de la madre, hasta las preguntas acerca de cómo nacen los bebés, la llegada de un hermanito/a, la muerte, los miedos, la sexualidad, los pequeños pueden a través del juego libre y los cuentos obtener un marco que les permita ir entendiendo el mundo.

 

CONCLUSIONES

En definitiva, en esta era digital, de consumo e individualismo en la que taponamos a los niños con imágenes, actividades y objetos, información, respuestas y pautas; poder ofrecerles un espacio donde las palabras y el encuentro con los otros recuperen su valor es realmente importante.
Evidentemente, los padres también han de regular y limitar ese exceso de estímulos para que los niños y jóvenes no se queden atrapados allí. Sin embargo, no se trata tanto de quedarse en la perspectiva del “cuánto tiempo pueden pasar delante de una pantalla” sino de “si disponen de momentos para otra cosa” Otra cosa que facilite el diálogo, el deseo y el encuentro con los otros y con ellos mismos.

Me gustaría finalizar con una cita del docente y psicoanalista Massimo Recalcatti de su libro “La hora de clase” porque me parece que resume de manera muy clara y bella lo que se hemos trabajado en este articulo, “Para que exista deseo de saber, para que haya arrebato, transferencia, movimiento, erotización de la vida, apertura hacia el conocimiento, hacia la cultura, para que haya -como teoriza el psicoanálisis- sublimación de la pulsión, debe haber vaciamiento, desprendimiento, desconexión, negativa al goce inmediato del objeto.” (p.80)

BIBLIOGRAFIA:
Bonnaud, H., «El inconsciente del niño»
Freud, S., (1901-1905) «Tres Ensayos de Teoría Sexual”, Volumen VII en Obras Completas, Amorrortu Editores
Laurent, E., «El psicoanálisis y la crisis del control de la infancia»
Recalcatti, M. (2016) “La hora de clase, por una erótica de la enseñanza”, Anagrama
Sobral, G. (2011) “Madres, anorexia y feminidad”, Ed Filigrana

Ubieto, J.R. y Pérez, M.(2018) «Niñ@s Hiper», NED Ediciones, p.31
– (2018). «Menos juego libre, más depresión y ansiedad infantil», en «Vida», La Vanguardia, edición del 27 de agosto del 2018.
– (2017) «Tiempo de pantalla y los niños» en https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000355.htm
– (2018) «Tiempo que pasan los niños frente a una pantalla no afecta su capacidad para dormir en https://elsemanario.com/mi-salud/292341/tiempo-que-pasan-los-ninos-frente-a-una-pantalla-no-afecta-su-capacidad-para-dormir-estudio/