EL VALOR DE UN ENCUENTRO. Por Cristian Figueredo Braslavsky

Con el paso del tiempo hay una idea que va calando en mi y es la de poder pensar de que se trata un encuentro. El asunto lo propongo en singular porque cada encuentro es UNO. ¿Cómo poder preguntarse entonces por el valor que tienen los encuentros cuando se ponen en serie?. Lo que puede parecer un juego de singulares y plurales en realidad es algo que entiendo está en el fondo de una cuestión muy importante y es el valor que podemos atribuir a cada uno de esos encuentros. El valor es una cuestión intangible, de lo que cada uno pone en ese particular encuentro.

El encuentro con cada paciente, el encuentro con uno mismo, el encuentro con otros, esta teñido por la sorpresa, por aquello que aparece y que no se espera. En esa contingencia y siempre después, se pone en valor el saldo de lo que allí se ha producido.

El equipo PSIMA es la sumatoria de muchísimos encuentros y que gracias a todos ellos, los fructíferos y los fallidos nos permite renovar y multiplicar las ganas de seguir encontrándonos. El valor que subrayo de esta historia de encuentros es el de la sorpresa, porque miro hacia atrás y me resulta difícil entender como todo se ha ido sucediendo para que casi 40 personas compartamos el deseo de acompañar a otras personas a encontrarse…