El juego online como síntoma de lo actual

De a poco y en pequeñas dosis venimos encontrando noticias en los medios de comunicación que nos hablan desde puntos de vista muy dispares sobre la problemática que hace aparición como consecuencia de los juegos online.

Sin duda, los jóvenes son el sector de la población que más contacto tiene con lo tecnológico y, por tanto, podríamos decir que se trata en sí mismo de un grupo en riesgo de adentrarse en las dificultades a la que un mundo cada vez cibernético les ofrece.

En el mundo online no hay límites de tiempo ni de espacio, el acceso es inmediato y donde las restricciones que legalmente deben establecerse pueden ser sorteadas sin mayor dificultad escudándose en otra identidad.

Las apuestas online crecen a toda velocidad, y si bien este fenómeno se sustenta en la facilidad del acceso, no podemos dejar de entender que cuando se establece una relación “dependiente” con una conducta o un objeto, lo que se pone “en juego” son cuestiones de índole personal. No cualquiera que tenga acceso a las apuestas online se engancha a ellas.

Por un lado, desde lo social se empuja a la relación sin limites con los objetos, y por otro lado, nos encontramos frente a lo volátil de las referencias en donde los jóvenes que, buscando donde sostenerse, lo que encuentran es un vacío que empuja a ser llenado. Este empuje puede precipitar a una búsqueda sin fin que se encuentra en el circuito del juego y la esperanza del triunfo, la posibilidad de “ser alguien”, “un ganador”, siendo este encuentro una falsedad imaginaria que nunca es colmada.

En la Unidad de Conductas Adictivas entendemos que las dificultades a las que se enfrenta una familia con alguno de sus componentes con problemas con el juego, sea este presencial u online, deben ser abordadas no solo desde lo conductual, sino apuntar a las causas que sostienen esa particular forma de padecer, para entender así la lógica que sustenta esta conducta.