El pasado Viernes 19 de Septiembre hemos tenido la primer reunión de equipo de este nuevo curso que comienza. Hemos tenido la suerte de contar como invitado a Gerardo Arenas que tuvo la generosidad de compartir su experiencia con el equipo comentando los casos que presentaron las colegas Andrea De la Torre y Gabriela Balada. Los comentarios precisos de Gerardo Arenas sobre los casos nos enseñan que siempre en la práctica clínica que sostenemos la orientación pasa por los detalles y su lectura. Para dar inicio a la actividad y como introducción he presentado el siguiente texto:
La elección de una orientación conlleva un trabajo para poder pescar algo del orden lógico que se pone en juego en aquello que se pretende abordar. Desde hace ya 9 años que venimos dándole forma a este espacio que decidí renombrar, hace no mucho, como: “Reuniones de equipo”. Un nombre que lleva el sello de lo simple y que se ha convertido en un espacio de trabajo privilegiado para conversar sobre nuestra práctica diaria.
El curso pasado propuse como orientación de trabajo la Clínica diferencial. Del hecho al dicho, para poner de relieve las dificultades que el practicante se encuentra en su tarea diaria para poder ubicar, con la mayor precisión posible, los puntos cardinales que le orienten en una hipótesis diagnóstica con el propósito de conducir un tratamiento. Claro que para que esto sea posible debemos ir un paso atrás y poner en común las bases que nos permitan entender el diagnóstico diferencial tomando a la psiquiatría clásica como referencia y a las estructuras que toma el psicoanálisis para poder ubicar la posición del sujeto, lo cual tiene consecuencias directas en la dirección de un tratamiento.
Esto nos ha permitido entonces conversar y aprender ciertas cosas con relación al diagnóstico que pensamos como una clínica de los detalles, de las sutilezas, de los modos discretos en que se presentan las diferentes maneras que un sujeto establece a modo de estructura y en donde se sostienen los modos defensivos frente a lo que se le hace insoportable o inasimilable.
Por tanto, he pensado que, tomando estos detalles, podemos sumergirnos este curso en aquellos aspectos que, por su simpleza o normalidad, pueden pasar desapercibidos para quienes escuchamos y que en ese transcurrir a veces ciego y sordo, perdemos lo que en nuestra orientación puede ser un material precioso. Aquello que está ahí delante y que por su simpleza y poco volumen podría quedar en la sombra a plena luz del día.
La curiosidad y el no saber, se unen en lo que Jaques Alain Miller denominó ignorancia docta1, haciendo referencia a ese dejar de lado el saber referencial para dar lugar a que emerja algo del orden de lo nuevo. Esto es fundamental en la orientación que proponemos en el servicio y que está marcada por la curiosidad de aquello que conforma el universo íntimo del sujeto y que se deja entrever en las historias cotidianas.
En función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis Lacan dice; “Por eso el psicoanalista sabe mejor que nadie que la cuestión en él es entender a qué “parte” de ese discurso está confiado el término significativo, y es así en efecto como opera en el mejor de los casos: tomando el relato de una historia cotidiana por un apólogo que a buen entendedor dirige su saludo, una larga prosopopeya por una interjección directa, o al contrario un simple lapsus por una declaración harto compleja, y aun el suspiro de un silencio por todo el desarrollo lírico al que suple.”2
Tomo este párrafo para poner la luz sobre estas historias cotidianas que son la materia prima de nuestro trabajo de escucha, apuntando a pesquisar en esas palabras, en esos gestos, incluso en esos silencios, algo de lo que puede abrir una puerta otra, que nos permita ir un poco más allá y apuntalar la lógica de lo que se pone en juego en el decir, siempre único y singular del sujeto que puede advenir.
Me parece muy importante destacar que, si bien las historias cotidianas se proponen como el material, podríamos decir en bruto, con el que trabajamos, hay que hacer un uso discreto de este material, ya que sería un error tomarlo en la vertiente de los hechos, de lo objetivo, de lo anecdótico. Como bien destaca Lacan en el párrafo precedente y como trabajamos el curso pasado, se trata de poder apuntar al decir que incluye la posición del sujeto en eso que dice y que está dirigido a un Otro con una intencionalidad.
Tomo otro extracto del Seminario 14. La lógica del fantasma, que me parece deja bien a las claras que se trata de lo que el sujeto refiere en eso que dice: “De estas necesidades que el sujeto refiere, de estas decisiones que examina y que en él se expresan bajo ángulos siempre tan mal definidos y hasta paradójicos, ¿Cómo podría el psicoanalista apreciar los motivos, si los relaciona pura y simplemente con los beneficios que el sujeto podría extraer de ellas (o no) en la realidad? ¿El sujeto necesita casarse con tal o cual? ¿Qué saben ustedes? Malogró su matrimonio en cierto giro, ¿Y si eso fuese para él una suerte? ¿Qué saben ustedes? ¿En qué meten sus narices? Mejor díganse que solo tienen que lidiar con la estructura lógica de la posición subjetiva en cuestión, sea neurótica – como en este caso- u otra”.3
Así entonces, lo que se pone de relieve tras ese material del hecho, de la historia cotidiana, es una lógica que entraña un beneficio para el sujeto y es allí donde debemos apuntar, a elucidar ese entramado.
Pero si hago referencia a Lacan, es como vía de entrada a la lectura que incluso él nos remite una y otra vez: Sigmund Freud.
En 1901 Freud publica un texto que introduce dentro de su investigación un asunto crucial para pensar las consecuencias en la vida diaria de lo inconsciente, las diferentes formas sintomáticas que se configuran y entraman en el discurrir de lo cotidiano.
La experiencia clínica se presenta de forma inseparable con lo cotidiano, con todas aquellas encrucijadas que se van entretejiendo en el día a día de las personas. Es en este campo que se manifiestan de modo variado las dificultades con las que cada uno debe hacer en la vida y las contingencias que la conforman.
Cuando generalizamos diferentes construcciones sintomáticas en torno a la idea de «lo contemporáneo» o de «la época», intentamos señalar las particularidades propias de un tiempo que es hoy. Bajo la orientación lacaniana es que podemos pensar que no hay otra forma de pensar al sujeto que no sea en el tiempo presente, porque el sujeto, siempre evanescente, puede ser constituido en el dispositivo analítico, en ese espacio que se establece como el escenario donde se podrán, no sin ciertos movimientos, dar las condiciones para que se constituya un síntoma y la interrogación sobre este.
Dentro de esta extensa publicación de Freud, que propongo como material para trabajar a lo largo de todo este curso, encontramos una serie de artículos que nos muestran y subrayan, la curiosidad que impulsaba a Freud para ir allí donde algo parecía simple y casual, a la vez que la sencillez y simpleza de algunas cuestiones cotidianas le permitían desarrollar y compartir sus ideas acerca de la causalidad psíquica. Entre estos artículos destaco: El olvido de los nombres propios, El trastrabarse, El trastocar las cosas confundido, Acciones casuales y sintomáticas, Errores, Operaciones fallidas combinadas, entre otros.
Así es que lo cotidiano, lo cercano, lo de todos los días, y más aún cuando dan lugar a cierta incomodidad en la vida de una persona, emerge como el material con el que podemos ponernos a trabajar, poner a trabajar a quien acude en búsqueda de deshacerse de aquello que le incomoda.
Estas incomodidades no siempre vienen acompañadas de formas floridas, episodios francamente traumáticos, detallados y ubicables en la historia de una persona. En muchas ocasiones estas incomodidades se evidencian de una forma solapada, discreta y silenciosa, siendo un desafío clínico que nos invita a agudizar la escucha y adentrarnos así en la clínica de los detalles.
Así pues, la invitación para este curso es a que podamos adentrarnos en lo cercano, en lo cotidiano, en la a-normalidad de lo que se da en lo más íntimo del vivenciar de las personas. Cuando podemos ir acercándonos a todos esos micro detalles que dan forma a lo singular, es que podemos pensar la clínica bajo la orientación lacaniana, apuntando a hacer de esa diferencia que sale de la norma, el resaltar y rescatar la dignidad de lo único.
Les animo a poner en tensión la experiencia clínica para que entre todas y todos hagamos del espacio de las reuniones de equipo una verdadera experiencia de aprendizaje.
1 Miller, J.A., Introducción al método psicoanalítico,1997, Editorial Paidós, Buenos Aires. Pág. 33
2 Jaques Lacan, Escritos 1, Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis, Ed. Siglo XX, decimoquinta edición en español, 1989, pág. 242
3 Lacan, Jacques. El Seminario, libro 14, La lógica del fantasma. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2023, p. 269.