Por un lado se genera tolerancia a la sustancia, lo cual establece la base de cualquier adicción. Para conseguir el mismo efecto es necesario consumir mayor dosis y, por tanto, se inicia la escalada de consumo que escapa a la voluntad del propio paciente. En segundo lugar, queda al descubierto que la utilización de la medicación es un intento de manejar o calmar un sentimiento que atormenta al paciente, aunque este sentimiento o malestar no sea identificado claramente por el propio paciente.

En la Unidad de Conductas Adictivas apostamos por el trabajo con cada caso, lejos de proponer soluciones generales. Porque no hay dos personas iguales, no puede haber dos tratamientos iguales. El equipo de profesionales de la Unidad cuenta con años de experiencia en el tratamiento de este tipo de adicciones y presenta una perspectiva metodológica única, como cada uno de los pacientes que nos vienen a ver. Destacamos nuestra forma de pensar y trabajar cada caso como único, como nuestra diferencia de cualquier otro centro.