Nota breve sobre la Anorexia mental II. Por Cristian Figueredo Braslavsky.

Continuando con la lectura de la semana anterior continuaré con la siguiente frase: «Exigencia del surgimiento de un punto de falta en el Otro, frente al cual el sujeto pondrá el fantasma de su muerte, de su desaparición como objeto del deseo del Otro»**

Continuando con la lógica de lo que Nieves Soria plantea en el texto intento extraer algo más de lo que escribe cuando lo interpongo con la experiencia clínica. Si tomamos el inicio de la frase podemos incluso percibir lo fuerte y contundente que refleja la posición anoréxica: «Exigencia del surgimiento de un punto de falta en el Otro…».
Debo advertir que para quien no esté familiarizado con el psicoanálisis Lacaniano el leer a la letra dará lugar a una incomprensión casi diría garantizada, por lo que voy a deconstruir este lenguaje para poder pensarlo en términos más simples. La exigencia es un requerimiento forzoso para que algo se produzca, es decir un empuje con el fin de obtener o conseguir satisfacer algo. Es así que la posición anoréxica se puede identificar a la exigencia, pero esta exigencia no es porque sí, por un fallo del sistema nervioso o por una desestabilización de la homeostasis biológica, sino que responde a  un interés que bien puede ser desconocido para el propio paciente. O acaso… ¿Siempre sabemos lo que nos pasa?, ¿Por qué nos pasa?. Mas bien podríamos decir lo contrario.
La exigencia de la anoréxica en perder peso no es inocente, ya que tiene detrás razones y motivos muy serios para defender la huelga de hambre que emprende. Esos motivos se enlazan con lo que produce en el Otro al nivel de la falta. Esto quiere decir que lo que produce en el otro de la madre, el padre, es angustia e impotencia. Como indica en la segunda parte de la frase Soria, lo que se pone en juego es una fantasía universal infantil, desaparecer para ver en el otro los efectos de mi desaparición. Insisto que todo esto no se da a nivel consciente sino inconsciente. Es algo así como hacerse faltar para ser la causa del deseo del otro. Cuando la anoréxica deja de comer, cuando comienza con los juegos y cálculos sobre el peso y la comida, lo que se produce es la aparición de la angustia de los padres y lo que ello conlleva. ¿Qué no haríamos por un hijo o una hija? Así es como en la consulta las madres y padres vienen sin saber ya qué hacer a nivel del control de la comida y el manejo de las consecuencias de la negativa a la alimentación. Sabemos que allí no está el verdadero problema a la vez que eso imposibilita a pensar más allá de si come o no come. Abrimos entonces la vía de ir más allá de la comida, adentrándonos en la historia de cada paciente y las posibles lecturas que dan lugar a tomar una posición de exigencia que destruye.
Si en la nota anterior habla de un signo de amor, es justamente lo que la huelga de hambre reclama y pone en tensión. Por ello de lo que se trata es de abrirse a pensar sobre la función de la restricción y no de empujar al comer. El camino propuesto es el de abrir la posibilidad de poner en palabras aquello que se pone en cato y el de encontrar un nuevo modo de relacionarse con el deseo…
** Nieves Soria, Psicoanálisis de la Anorexia y la Bulimia. Pagina 28.