Los fenómenos elementales. Por Mercedes Facio

En esta ocasión compartimos un texto de presentación que ha escrito Mercedes Facio como introducción a la última reunión de equipo.

 

Los fenómenos elementales

Tomando en cuenta la temática que nos convoca este año, “Clínica diferencial. Del hecho al dicho”, y dando continuidad a lo que se ha trabajado en las reuniones anteriores, me gustaría tomar para este encuentro el concepto de fenómenos elementales, ya que como nos orienta Miller en su libro “Introducción al método
psicoanalítico”, cuando tenemos la sospecha de que tenemos ante nosotros un paciente psicótico, debemos buscar los fenómenos elementales.
Lacan toma el término fenómeno elemental del psiquiatra francés De Clérambault, éste habla más bien de un fenómeno primitivo que es el denominado síndrome de automatismo mental que define de la siguiente manera: Por automatismo entiendo los fenómenos clásicos: anticipación del pensamiento, enunciación de actos, impulsiones verbales, tendencias a los fenómenos psico-motores […]. Los opongo a las alucinaciones auditivas, es decir a las voces a la vez objetivadas, individualizadas y temáticas; los opongo también a la Alucinaciones Psicomotrices caracterizadas; en efecto, estas dos clases de voces […] son tardías en relación a los fenómenos mencionados». 1

De Clérambault consideraba que el fenómeno elemental era totalmente distinto al delirio ya que éste se trataría de un núcleo inicial, parasitario en el seno de la personalidad al que el sujeto responde con ideas o construcciones delirantes. Para este psiquiatra había un desarrollo lineal de la enfermedad, con un momento primario (fenómeno elemental) y otro secundario (el delirio) y cada uno con diferente etología; una causa orgánica en el primer caso y una causa psíquica en el segundo.

Lacan, que si bien consideró a De Clérambault como su único maestro en psiquiatría, critica esta concepción al considerar que el delirio no es deducido, tiene la misma fuerza constituyente que un fenómeno elemental. Es decir que el delirio mismo es un fenómeno elemental, “por cuanto delirio significa estructura”, que se puede entender, según Miller como “el delirio tiene la misma estructura que el fenómeno elemental”.

Esto quiere decir que el fenómeno elemental nos muestra a escala reducida la estructura de toda la enfermedad. Para explicar este punto, en el Seminario III, Lacan nos remite a la metáfora de la planta y la hoja, que le permite mostrar que este fenómeno es tan elemental “como lo es, con relación a una planta, la hoja en la que se verán ciertos detalles del modo en que se intrincan e insertan las nervaduras: hay algo común a toda la planta que se reproduce en ciertas formas que componen su totalidad” 2
De la misma manera, utiliza esta metáfora en “La dirección de la cura…” para pensar la neurosis cuando hace referencia a que, en una minúscula formación del inconsciente, como puede ser un sueño, se encuentra el conjunto de la neurosis., es decir, que esa formación nos muestra a escala reducida la estructura de toda la neurosis.
En el Seminario III “Las Psicosis”, Lacan introduce el fenómeno elemental a partir del ejemplo del coche rojo. Se trata de un paciente para quien desde hace un tiempo todo se ha vuelto signo, si encuentra un auto rojo por la calle, no por casualidad, dirá, pasó en ese momento. Es decir que no sabe por qué pasó, pero sabe que es algo dirigido a él.
Así podemos ubicar dos elementos centrales, por un lado, la perplejidad, el sujeto no sabe qué significa eso y por otro, la certeza, pero algo quiere decir.
El psicoanalista José Ramón Ubieto, aclara este punto en su texto “La creencia y la certeza en Freud y en Lacan”. Allí explica que “el S1, el significante solo, es siempre elemental, esto quiere decir que no se sabe lo que significa. Solamente cuando aparece el S2 puede surgir la significación del S1. En la psicosis el delirio sería ese equivalente al S2, que viene a dar sentido a ese S1 solo; es una invención de sentido. A ese primer momento enigmático, de perplejidad, en el que hay una suspensión de sentido, la certeza vendrá a responder a ese enigma: no se sabe qué significa, pero se sabe que significa algo. Sobre la base de esta certeza es que se construirá el delirio.” 3 En este sentido, se ve bien que tanto el fenómeno elemental como el delirio tienen la estructura del lenguaje.

Miller nos advierte que “cuando el analista sospecha que hay una prepsicosis, una estructura psicótica, es necesario buscar esos fenómenos elementales de manera metódica y segura”. 4
Los agrupa en tres tipos:
1- “Fenómenos de automatismo mental (irrupción de voces). Que puede estar presente silenciosamente durante años con una o dos irrupciones en la infancia o en la adolescencia, quedando más tarde encubierto. Por lo que es necesario centrarse en esa irrupción.
2- Fenómenos que conciernen al cuerpo (fenómenos de descomposición, despedazamiento, de separación, de extrañeza con relación al propio cuerpo. Distorsión temporal, dislocamiento espacial…)
3- Fenómenos que conciernen al sentido y la verdad. Por ejemplo, el testimonio del paciente de experiencias inefables, inexpresables, experiencias de certeza absoluta, con respecto a la identidad, la hostilidad de un extraño. O expresiones de sentido o significación personal, es decir cuando puede leer signos que le están dirigidos exclusivamente a él.” 5

Para finalizar, es importante señalar que el hecho de que Lacan haga del fenómeno elemental el resorte de la estructura, implica que como psicoanalistas lo que nos orientará en el diagnóstico clínico diferencial y, por lo tanto, en la dirección del tratamiento, no es la descripción fenoménica sino tener en cuenta que la presencia de
fenómenos elementales, aunque no haya habido un desencadenamiento de la psicosis ya indica que estamos ante una psicosis.
“La estructura indica que la psicosis ya está. En todo caso la cuestión es saber en qué momento se desencadena. La cuestión es saber qué le pasó al paciente, a ese sujeto en particular, para que todo se ponga en marcha y se desencadene una psicosis.” 6

 

Por otro lado, entender que el delirio y los fenómenos elementales tienen la misma estructura nos permite dar cuenta que éstos reeditan la estructura del significante del Nombre del Padre forcluido, es decir, que el S1 aparece como un significante aislado, que no hace cadena, como se produce, por ejemplo, en el fenómeno de la alucinación, mostrando que “lo forcluido en los simbólico retorna en lo real”.

Mercedes Facio
Psicóloga General Sanitaria

 

Referencias.

1 Clérambault, G. G. de: Oeuvres psiquiatriques, Paris, Frenesie Éd. 1987; La erotomanía, Paris, Les
empecheurs de penser en rond, 2002; L'automatisme mental, Paris, Les empecheurs de penser en
rond, 1992.

2 Lacan, J., Las psicosis, Seminario III, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2009, pág.33

3 Ubieto, J. R., “la Creencia y la certeza en Freud y en Lacan”, en Revista Freudiana 93-94

4 Miller, J.A., Introducción al método psicoanalítico, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2012, pág. 24

5 Miller, J.A., Ob. Cit, pág. 25

6 Miller, J.A., Capítulo VI Síntomas y tipos clínicos (1995-1996), en Conferencias porteñas, Tomo II,
Buenos Aires, Ed. Paidós, 2009, pág. 299