Historias de Ansiedad y Depresión III. Por Cristian Figueredo Braslavsky

En esta ocasión el diagnóstico se expande y se complementa en una serie, ya no solo diagnóstica, que incluye depresión , ansiedad, esquizofrenia y trastorno bipolar, como un compendio inconexo de títulos diagnósticos, sino que también surge esta multiplicidad diagnóstica en torno a un talk show estadounidense llamado The doctos.

Por un lado es importante hacer visible lo que se conoce como problemas de salud mental, a la vez que es preocupante el modo en el que estos temas son tratados, banalizados y mercantilizados.

Lo que históricamente fue segregado y ocultado, parece que en el tiempo de la imagen y el espectáculo, la respuesta es la exposición de lo marginal y lo que no funciona a modo de producto con un envoltorio imaginario que le daría cierto valor.

En esta ocasión, se publica en el periódico EL PAÍS sobre el cantante Aaron Carter, quien es otra personalidad pública del mundo del espectáculo juvenil, muestra y expone lo sintomático de su existencia, más allá de las incongruencias clínicas que presenta el sinsentido del abanico de nomenclaturas psiquiátricas que se mencionan en el titular de la noticia.

Cuando lo que se presenta es un conglomerado diagnostico, que deja entrever el sufrimiento de una persona, lo que se oculta es lo que muestra el sufrimiento y las diferentes formas que toma ese sufrimiento. Así es que se produce un juego contradictorio entre lo que decide hacerse visible y lo que a la vez se oculta.

El quedarse en el espectáculo de la imagen que se exhibe no conduciría a nada bueno, el hacer visible algo no es destacable en si mismo, sino que hay que poder reflexionar sobre el trasfondo de lo que se muestra y lo que puede leerse de aquello que se oculta.

El sufrimiento en todas sus dimensiones y formas es digno de ser leído y comprendido para poder con ello, hacer una construcción digna. La dignidad del síntoma es algo que destaco y sostengo como una posición ética, ya no solo de los que nos dedicamos a la clínica, sino que entiendo debe ser sostenida y encarnada por el conjunto de la comunidad.

Justamente el valor digno del síntoma es lo que se pierde en la exhibición de lo que no funciona como un producto más. Es llamativo, que al menos en la noticia que comparto en esta ocasión [VER NOTA], la inexistencia de la historia detrás del sufrimiento que se exhibe, por tanto me quedo con la pregunta de que es lo que se oculta…