Ansiedad y el tiempo que nunca llega. Por Cristian Figueredo Braslavsky

¿Cuál es el saldo que podría aparecer en esta época donde todo empuja a detenerse? ¿Todo empuja a detenerse? La economía se ha contraído y no avanza, no crece. El trabajo decae, no crece la oferta sino mas bien se contrae. Los derechos se recortan y no crecen…

Escucho, mi oficio es el de la escucha. Lejos de ubicarme en el lugar, que tanto se demanda y se promueve, de gurú, consejero ó experto, mi lugar es de quien escucha lo que no se dice, quien escucha el silencio, quien escucha lo que se esconde detrás de lo que se dice.

Es muy curioso que en este momento justo donde todo se detiene y contrae, aparece el tiempo que tanto se enunciaba como ausente y sin embargo lejos de aparecer el sosiego y la calma, lo que se hace presente es un tiempo vacío, un tiempo que es esquivo en términos de poder ser habitado. Un tiempo que pasa pero que nunca llega, un tiempo que siempre está por llegar pero que no se presenta.

Hoy consumimos no solo objetos, cosas, tiempo, sino también consumimos los afectos y emociones. Todo se convierte, bajo la lógica del consumo, en un objeto del que no solo se puede hacer uso sino que se puede incluso «gestionar» a piacere la manipulación del objeto.

De este modo nos encontramos con una oferta infinita de objetos, a la vez que nos proporcionan la posibilidad de gestionarlos del modo que se nos de la gana. La trampa perfecta. Todo se puede y nada se pierde. Eficacia y eficiencia al servicio del placer.

Sin embargo cuando uno escucha a la gente, lo que se encuentra es lo vacuo, el sin sentido, la desgana, la falta de deseo, la angustia, la ansiedad, formas varias de no habitar la vida.

El tiempo futuro como promesa de sosiego y felicidad, en donde aquello que hoy no responde a lo que en teoría debería ser para llegar al éxtasis de la satisfacción, que la buena gestión de los objetos/emociones nos ofrecería, se presenta siempre inoportuno.

Esto confirma la mala praxis del sujeto contemporáneo en el manejo eficaz y eficiente de su existencia, empujándolo a un tiempo que siempre es otro y que debe llagar rápido y veloz, para salir de lo insoportable del tiempo presente,siempre equívoco. Así podemos entender algo de la ansiedad que nos enseña Tute en su viñeta…